El grupo de investigación de Enfermedades Respiratorias liderado por Remedios Otero Candelera y formado por clínicos y básicos, invitó el pasado 14 de noviembre al prestigioso profesor José Antonio Díaz del Departamento de Cirugía Vascular de la Universidad de Michigan para la celebración del Seminario de Ciclo.
En la actualidad el Dr. Díaz es reconocido internacionalmente por sus contribuciones en el desarrollo de modelos preclínicos. Sus intereses de investigación están en los mecanismos involucrados en la TVP, específicamente el vínculo entre la inflamación, la trombogénesis, la fibrosis secundaria, la identificación de posibles objetivos terapéuticos para la misma y en los modelos de TVP. Además, la investigación del Dr. Díaz indaga en los beneficios potenciales de las estatinas para prevenir la TVP. Sus hallazgos apoyan que las estatinas disminuyen la inflamación (principalmente a través de la vía de señalización de IL-6) y promueven la fibrinólisis. Igualmente, investiga el papel de las galectinas en la TVP. Las galectinas forman parte de mecanismos bien conocidos en la progresión del cáncer y la metástasis, pero su papel en la TVP aún se desconoce. La conexión entre el cáncer y el Tromboembolismo venoso es uno de los principales campos de interés para él.
La trombosis venosa profunda (TVP) es una enfermedad común que afecta con mayor frecuencia a las extremidades inferiores y puede provocar embolia pulmonar (EP)1. Juntos, la TVP y la EP constituyen el tromboembolismo venoso (TEV). Entre 375,000 y 425,000 personas desarrollan TEV cada año, lo que resulta en una morbilidad significativa, muerte y un costo anual de hasta $ 8 mil millones1. El riesgo de desarrollar TVP aumenta con la edad, el cáncer activo, la hospitalización, la cirugía mayor y la enfermedad crítica2–5. El diagnóstico preciso y oportuno del TEV es de vital importancia si se piensa que puede llegar a ser una enfermedad mortal. Por otro lado, la anticoagulación (que es actualmente el tratamiento estándar) no está exentas de complicaciones.
La secuela más común de TVP es el síndrome postrombótico (PTS, por sus siglas en inglés), que ocurre en aproximadamente el 40% de los pacientes que presentan TVP6. El síndrome postrombótico se caracteriza por una lesión fibrótica debida a una inflamación inducida por trombosis; esto da como resultado una pared venosa engrosada e incompetente, con reflujo valvular que a su vez conduce a la hipertensión venosa7-10.
Los posibles nuevos biomarcadores para mejorar el diagnóstico de TVP y STP incluyen ICAM-1, P-selectina y ADN libre de células. La inhibición del factor XI, la selectina P y E, y los NETs o llamadas trampas extracelulares de neutrófilos son prometedores caminos hacía nuevos tratamientos. La investigación experimental sobre PTS sugiere posibles objetivos de terapia celular y de nuevos mediadores como TLR9, MMP-2 y 9, PAI-1 e IL-6.
En su última revisión, el Dr. Díaz aborda un triple propósito: (1) discutir brevemente los modelos murinos de TVP comúnmente utilizados, (2) revisar varios biomarcadores nuevos que pueden tener un papel en la fisiopatología de la TVP y la STP, y (3) revisar objetivos farmacológicos potenciales para el tratamiento de PTS.
Los modelos murinos, con todas sus limitaciones inherentes, proporcionan la mejor vía para desarrollar nuevos conocimientos relacionados con esta área. Las perspectivas más cercanas a la traslación en humanos son el uso de P-selectina en el diagnóstico del tromboembolismo venoso, el factor XI y la inhibición de E-selectina para el tratamiento y la vía anti-IL-6 para la prevención del PTS.
A pesar de los muchos conceptos y mecanismos importantes que se han dilucidado en la investigación de la TVP y su complicación el PTS, aún hay que hacer mayores esfuerzos para crear una medicina traslacional desde el laboratorio al hospital.
Referencias:
Última revisión del Dr.Díaz: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6217569/
1. Benjamin EJ, Blaha MJ, Chiuve SE et al. Actualización de las estadísticas de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares-2017: un informe de la American Heart Association. Circulación. 2017; 135(10): e146–603.
2. Silverstein MD, Heit JA, Mohr DN, Petterson TM, O'Fallon WM, Melton LJ., 3rd Tendencias en la incidencia de trombosis venosa profunda y embolia pulmonar: un estudio poblacional de 25 años. Arch Intern Med. 1998 23 de marzo; 158 (6): 585–93.
3. Königsbrügge O, Pabinger I, Ay C. Factores de riesgo del tromboembolismo venoso en el cáncer: nuevos hallazgos del Estudio de Viena sobre el cáncer y la trombosis (CATS) Thromb Res. 2014 mayo; 133 (Suppl 2): S39–43.
4. Pannucci CJ, Shanks A, Moote MJ et al. Identificación de pacientes con alto riesgo de tromboembolismo venoso que requieren tratamiento después de la cirugía ambulatoria. Ann Surg. Junio 2012; 255 (6): 1093-9.
5. Obi AT, Pannucci CJ, Nackashi A et al. Validación del modelo de evaluación de riesgo de tromboembolismo venoso de Caprini en pacientes quirúrgicos críticamente enfermos. JAMA Surg. 2015 oct; 150 (10): 941-8.
6. Kahn SR. El síndrome postrombótico: la morbilidad olvidada de la trombosis venosa profunda. J Thromb Thrombolysis. 2006; 21 (1): 41-8.
7. diez Cate-Hoek AJ, Henke PK, Wakefield TW. El síndrome post-trombótico: ignóralo y volverá para morderte. Blood Rev. 2016; 30 (2): 131–7.
8. Bergan JJ, Schmid-Schonbein GW, Smith PD, Nicolaides AN, Boisseau MR, Eklof B. Enfermedad venosa crónica. N Engl J Med. 2006; 355 (5): 488–98.
9. Popuri RK, Vedantham S. El papel de la trombólisis en el tratamiento clínico de la trombosis venosa profunda. Arterioscler Thromb Vasc Biol. 31 (3): 479–84.
10. Vedantham S, Goldhaber SZ, Julian JA et al. Trombolisis farmacomecanica dirigida por cateter para la trombosis de vena profunda. N Engl J Med. 2017; 377 (23): 2240–52.